Burbujas y monotonia


La chica siguió lanzando aire a través de su pajilla, viendo como las burbujas se formaban y desaparecían con igual rapidez. Le gustaban esas burbujas, eran de mucha ayuda cuando estas aburrida. También le gustaba escuchar música antigua, elevar el volumen al máximo e ir saltando por la casa mientras hacia un desastre, que luego ella misma limpiaba para hacerse creer que había echo una sensacional fiesta con todos sus amigos.

Le gustaba pasear por las tardes nubladas, para no sentir su casa tan vacía y sola, le gustaba soñar que había alguien esperándole en un café para platicar. Entraba al café y pedía una taza de cocoa, tomaba su libreta y anotaba algo dejaba el dinero sobre la mesa y antes de que llegara el camarero se iba sin decir nada, luego en la calle tomaba lo que había escrito, se dirigía a una plaza y lo botaba en un basurero. Después seguramente fingiría fumar un cigarrillo sin encender, se pondría ropa ridícula y pasearía dando grandes saltos por la calle, para llegar a la madrugada a desordenar su casa, poner la música en alto, ordenar, salir, el café, la nota, el parque, el cigarro, la ropa, el paseo, desordenar, música, ordenar, salir, café, nota, parque, cigarro, ropa, paseo, desordenar….

Pero no todo era siempre igual. En algunas ocasiones se sentaba a hacer burbujas en su soda, con una pajilla.

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Somos berundelinos...

Porque amamos leer
Y no podriamos despegarnos de las paginas de un libro
Porque añoramos la magia
Y vivimos en un mundo de en sueño
Somos berundelinos
En alma y mente