Jake iba caminando lentamente por las calles de la ciudad, aún con la hoja del diario de Laura, sacó la hoja de su bolsillo para releerla por enésima vez.
-Lo amo -repitió frustrado- ¿quién es ese tarado? -no recordaba que Laura se juntara con muchos chicos, excepto.... él, no, imposible, debería ser un galán para conquistar a una preciosura como Laura, se sonrojó al pensar en ella mientras caminaba hacia la playa.
En el puerto se detuvo y luego de una larga pausa arrugó la hoja y la tiró al oceano, esperando que la marea se llevara sus problemas y de paso a ese estupido que retenía el corazón de su amada, suspiró levemente antes de darse la vuelta con el corazón recogido
Con la puesta de sol
Berundel se presenta con un poco de: amor